La Piedad

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La Piedad

Giovanni Battista di Jacopo, llamado Rosso Fiorentino

La Piedad hace referencia a la Virgen en el momento del descenso de Cristo de la cruz, cuando el cuerpo de su hijo, antes de entrar en la tumba, reposa en su regazo. El pintor Rosso Fiorentino no quiso representar esa escena de forma convencional y convirtió la tragedia en un movimiento que ocupa toda la anchura del cuadro: la Virgen, presa del dolor, extiende los brazos desfallecida. Los tejidos drapeados y tornasolados de los personajes secundarios contribuyen también a esa agitación, inquietante en una escena de recogimiento. En cuanto al cuerpo de Cristo, parece desmesuradamente grande. Esas exageraciones son típicas del manierismo, movimiento del que Rosso era representante. El rey Francisco I apreciaba a los manieristas italianos, a diferencia de las autoridades católicas, que rechazaban su estilo por ser demasiado expresivo.

La protección de Francisco I

Al igual que Leonardo da Vinci quince años antes, en 1530 el pintor italiano Rosso recibió una invitación de Francisco I, que le confió la decoración del palacio de Fontainebleau. Al parecer fue el condestable Anne de Montmorency, gran amigo del rey y amante al igual que él del arte italiano, quien encargó a Rosso esta Piedad: los emblemas del eminente personaje figuran en los dos cojines sobre los que reposa Cristo.