

La fábrica de obras maestras
Obras maestras

El salón Cuadrado
En el siglo 18, en este salón, llamado “Cuadrado”, la Real Academia de Pintura y Escultura empezó a exponer las obras de sus miembros. Esto sentaría las bases del famoso “Salón”, un acontecimiento periódico en el que se exponían obras de artistas contemporáneos y que reunía a un gran número de personas.

El Salón no siempre tuvo la misma función, la misma simbología ni la misma importancia a lo largo de su siglo de existencia, pero su imagen siempre quedaría asociada a tres hechos: el estar dedicado a los artistas vivos del momento, el ser una de las primeras exposiciones en abrir al público y el ser el germen de la crítica de arte. Aquí se gestaba la fama de los artistas y aquí se consagraban. A los críticos les gustaba enfrentar a los artistas entre sí y confrontar sus obras.
La tribuna de obras maestras
En 1848, este acontecimiento se trasladó para dejar sitio al museo. Entonces se decidió reservar el salón Cuadrado para las obras excepcionales que iban adquiriéndose, como fue el caso de La Gioconda. En aquella época las obras se ponían muy pegadas unas con otras; se colgaban marco contra marco y cubrían toda la pared, hasta arriba del todo.