Frescos italianos en las paredes del Louvre

Obras maestras

Venus y las tres Gracias ofreciendo presentes a una joven

Sandro Botticelli

Los frescos del pintor Sandro Botticelli llegaron al Louvre en 1882, tras haber sido (re)descubiertos en Italia. Estas obras maestras del Renacimiento habían salido a la luz en 1873, durante la renovación de una villa próxima a Florencia, después de retirar una capa de cal. En su día, la residencia fue propiedad de una rica familia que probablemente encargó los frescos a Botticelli, el cual gozaba de una gran reputación. El artista debió de representar a la joven hija de la familia con heroínas de la Antigüedad y un Cupido, tal vez con motivo de su compromiso matrimonial. Con un tono alegórico, Botticelli nos ofrece ideas: más que el regalo en sí, lo que importa es el gesto. Otro fresco, también alegórico, muestra a un joven al que la Prudencia le presenta a la Gramática, rodeada de las Artes Liberales. Aunque, vista la escena, uno podría pensar que se trata de su prometido.